¿Cómo invertir en Estados Unidos desde el extranjero? Guía práctica para empezar
por Jose Diaz | agosto 18, 2025 | Blog , Inversiones

Estados Unidos es desde hace décadas uno de los destinos favoritos para la inversión extranjera directa. Su estabilidad económica, un marco legal confiable y un mercado altamente diversificado hacen que cada vez más individuos y empresas fuera del país elijan colocar su capital allí, ya sea en acciones, bienes raíces o negocios.
Según la UNCTAD, EE.UU. fue el principal receptor mundial de inversión extranjera en 2024, y no es casualidad: además de su escala, ofrece acceso a tratados bilaterales, infraestructura avanzada, fuerza laboral calificada y un entorno favorable para la innovación. Sin embargo, para quienes invierten desde el extranjero, también hay desafíos y aspectos fiscales que no se pueden ignorar.
Invertir en la Bolsa desde otro país
El mercado bursátil de Estados Unidos es el más líquido y desarrollado del mundo. Desde cualquier parte del planeta, una persona puede acceder a acciones de empresas como Apple, Amazon o Microsoft, así como a bonos, ETFs o instrumentos más complejos. No es necesario ser residente ni tener una empresa local. Lo importante es operar a través de un broker que acepte clientes internacionales y cumpla con los requisitos establecidos por las autoridades fiscales.
Empresas como Interactive Brokers, TD Ameritrade o Charles Schwab permiten abrir cuentas desde el extranjero, presentando un pasaporte, un comprobante de domicilio y el formulario W-8BEN, que certifica que el inversor no es contribuyente en EE.UU. y, en muchos casos, habilita beneficios fiscales si existe un tratado entre ambos países.
Aunque invertir en la bolsa puede parecer tan simple como elegir una acción y comprar, hay varios factores que conviene tener en cuenta: diversificar el portafolio, estar atentos a las fluctuaciones del tipo de cambio, y utilizar herramientas de análisis disponibles en las plataformas para tomar decisiones más informadas. También es recomendable contar con asesoría profesional, especialmente para evitar errores fiscales o de cumplimiento normativo.
Uno de los aspectos más consultados por inversores extranjeros es el tratamiento impositivo. En general, quienes no viven en EE.UU. no deben pagar impuestos sobre las ganancias de capital por la venta de acciones. Sin embargo, sí se retiene un 30% sobre los dividendos que reparten las empresas estadounidenses, porcentaje que puede reducirse si existe un tratado fiscal entre el país de origen y EE.UU., siempre que se complete correctamente el W-8BEN. Es fundamental también consultar a un contador en el país de residencia, ya que es probable que allí sí deban declararse esas ganancias.
Inversión en Bienes Raíces
Además del mercado financiero, Estados Unidos ofrece atractivas oportunidades en el sector inmobiliario. Comprar propiedades como extranjero es posible sin necesidad de ser residente, y muchas personas lo hacen como forma de generar ingresos pasivos mediante alquileres o con la expectativa de una apreciación de valor a mediano plazo. También es común comprar inmuebles a través de una empresa, generalmente una LLC, lo cual aporta beneficios fiscales y protección legal.
Una LLC permite limitar la responsabilidad del inversor frente a posibles demandas, facilita la inclusión de socios y ofrece ventajas tributarias como la posibilidad de declarar los ingresos directamente como persona física, evitando así la doble imposición. Eso sí, se recomienda no agrupar muchas propiedades bajo una misma LLC, ya que en caso de litigios todas podrían verse comprometidas. Es más prudente crear una LLC por propiedad o por tipo de inversión.
Quienes alquilan propiedades deben considerar el impuesto sobre la renta. Si se elige la tributación sobre la ganancia neta, es posible deducir gastos como mantenimiento, seguros y administración. Al vender, el impuesto se calcula sobre la ganancia obtenida (precio de venta menos precio de compra), aunque hay que prestar especial atención a una normativa llamada FIRPTA (Foreign Investment in Real Property Tax Act), que obliga a retener entre el 10% y el 15% del valor de la propiedad al momento de la venta.
Para evitar una retención excesiva, se puede presentar ante el IRS el formulario 8288-B, solicitando una reducción anticipada. Este trámite debe hacerse antes del cierre de la operación e, idealmente, con el respaldo de un profesional, ya que errores o demoras pueden afectar el resultado financiero.
Existen además otros impuestos a considerar: el impuesto a la propiedad, que se paga anualmente y varía según el estado; el impuesto a la herencia, que puede alcanzar hasta el 40% si no hay una planificación adecuada; y el impuesto a la donación, en caso de que se transfiera la propiedad a un familiar u otra persona. Todos estos aspectos deben analizarse cuidadosamente al momento de estructurar la inversión.
Comprar o crear un negocio
Otra vía muy valorada por los extranjeros que desean establecer vínculos más sólidos con EE.UU. es la inversión en negocios. Ya sea creando una empresa desde cero o comprando una ya existente, esta opción permite acceder a ingresos, beneficios fiscales e incluso a una posible visa de residencia, según el tipo de inversión.
Las estructuras legales más utilizadas son la LLC y la C-Corp. La LLC es más simple, flexible y evita la doble imposición, mientras que la C-Corp es más formal pero ideal para empresas que buscan escalar rápido o atraer inversionistas. La elección dependerá del objetivo del inversor: si se trata de un negocio pequeño o un emprendimiento personal, la LLC suele ser la opción más conveniente. En cambio, si se apunta a crecer, levantar capital o proyectar una imagen más corporativa, la C-Corp puede ser preferible.
Comprar un negocio ya en marcha tiene la ventaja de contar con ingresos estables, infraestructura montada y procesos definidos, lo que reduce el riesgo inicial. En tanto, crear una empresa nueva ofrece mayor libertad, pero exige más inversión de tiempo y recursos para desarrollarla.
Para quienes desean vivir y trabajar en EE.UU., existen visas como la E-2, que requiere una inversión sustancial en un negocio donde el solicitante tenga al menos el 50% de participación y un rol activo en la gestión. También está la visa L-1, pensada para transferencias dentro de una misma empresa entre su sede extranjera y una filial en EE.UU., o la visa EB-5, que exige una inversión mayor pero otorga residencia permanente si se generan al menos 10 empleos.
Operar una empresa en EE.UU. también implica cumplir con varias obligaciones fiscales. Estas incluyen el pago de impuestos federales y estatales sobre la renta, el cobro y remisión del impuesto sobre ventas (sales tax), el impuesto sobre la nómina si se contrata personal, y otros formularios específicos como el 5472 en caso de transacciones con partes extranjeras. Por eso, contar con una buena planificación contable y asesoría especializada es fundamental.
Aspectos clave y errores a evitar
Uno de los errores más comunes es suponer que abrir una empresa o comprar un inmueble basta para empezar a operar. Sin una estructura legal adecuada, sin cumplir con las regulaciones fiscales o sin planificar la salida, una buena inversión puede convertirse en un problema.
También es habitual subestimar la importancia del asesoramiento profesional. Intentar hacer todo desde el extranjero, sin conocimiento local ni apoyo técnico, puede resultar costoso. Del mismo modo, no considerar los tiempos y requisitos migratorios, las licencias necesarias o los cambios normativos puede frenar proyectos valiosos.
Invertir en EE.UU. es una excelente oportunidad para diversificar y hacer crecer tu patrimonio, pero requiere estrategia, conocimiento y cumplimiento. Con la orientación correcta, es posible aprovechar los beneficios del sistema estadounidense y minimizar los riesgos asociados.
En GBS Group ayudamos a empresarios de todo el mundo a invertir de forma segura en EE.UU. Si estás pensando en dar este paso, escríbenos. Te guiaremos en cada parte del proceso.